Pedro Alonso/
San Salvador El Verde, Huejotzingo, San Martín Texmelucan y San Lorenzo Chiautzingo tienen un reloj que ha marcado el horario natural ininterrumpidamente desde el siglo XVII, por lo que, las placidas horas en estas poblaciones pasan vigiladas por su reloj de sol, sin importarles a estos instrumentos un decreto legislativo aprobado en el 2002.
Si bien es cierto que el aceleramiento del ritmo de vida que llevamos, la proliferación del alumbrado y de la vida nocturno, la tecnología que permite no solo tener un reloj mecánico sino uno digital, hicieron que nos olvidáramos de los relojes cuadrantes.
De acuerdo a los estudios que existen el primer reloj de sol se utilizó hace 1,500 años antes de Cristo, por los egipcios; Incluso en la biblia hace referencia al reloj de sol, al hacer referencia que Jahvé hizo retroceder diez grados la sombra del cuadrante.
Posteriormente fueron perfeccionados por lo griegos, los cuales estaban posicionados a la dirección del eje terrestre lo que permitió que señalaran todo el año las horas de una duración constante, con lo cual, superaron que las horas de verano y de invierno no fueran diferentes.
Los romanos también construyeron instrumentos de medida así como los árabes quienes lograron perfeccionarlo al utilizar la astronomía y las matemáticas.
Aunque para el siglo XVI se crearon los primeros relojes mecánicos, su imperfección hacía que se continuará usando el reloj de sol.
Es por ello que durante la etapa de la conquista en lo que hoy es México, vemos algunos relojes de sol instalados en las iglesias, como es el caso de la iglesia de San Lorenzo Diacono y Mártir, construida en el siglo XVI, en el municipio de Chiautzingo se encuentra un reloj doble, en si son dos relojes construidos en piedra, uno de ellos en vertical declinante a poniente y el otro es vertical declinante a levante, esto porque era muy difícil que un reloj vertical registre todas las horas del sol.
Los conventos franciscanos en la región como el de San Miguel Arcángel en Huejotzingo, del siglo XVI; o el dieguino de Santa María Magdalena, del siglo XVII en San Martín Texmelucan también cuentan con su reloj de sol, el cual, marco la actividad religiosa de estos monjes y de los pobladores.
Mientras que en la iglesia del Divino Salvador, construcción que data del Siglo XVI, en el municipio de San Salvador El Verde, también se encuentra un vestigio de reloj de sol.
Finalmente, estos relojes de sol fueron los que marcaron las costumbres, los trabajos y las fiestas de los pueblos, principalmente las actividades religiosas, de ahí que cuando sonaban las campas de la iglesia la gente podía regular su jornada en el campo, u otra actividad diaria.
En la actualidad, el hombre moderno, ya no saca su relej de pulsera, sino su celular para verificar si está a tiempo para iniciar una actividad o se retrasó a una reunión, 20 años llevan sin respetar el decreto legislativo aprobado en el 2002, bajo el argumento de disminuir la demanda de energía eléctrica.