Esferas, una tradición artesanal
Bajo estrictas medidas de sanidad por el Covid-19, artesanos de Chignahuapan elaboran esferas de Navidad.
Miles de figuras y de diseños navideños aparecen plasmados en las famosas esferas del municipio de Chignahuapan, que se venden en todo el país y son un ejemplo de creatividad y artesanía.
Chignahuapan es un municipio ubicado en la Sierra Norte de Puebla y su nombre en náhuatl significa «donde abunda el agua».
La importancia de este pueblo mágico es por su fabricación de esferas de vidrio soplado, además de ser decoradas a mano y empaquetadas. En Chignahuapan se fabrican estas esferas desde hace más de 100 años, en un negocio que es todavía familiar en gran medida.
Chignahuapan es considerado el mayor productor nacional de esfera navideña, además de dar empleo al 70% de la población, directa o indirectamente por la producción de esfera. Y gran parte de la economía es gracias a la producción de esfera, pues se cuenta con 370 talleres y se elaboran más de 70 millones de esferas al año, que se comercializan en México, Estados Unidos y Centroamérica.
La producción de esferas en Chignahuapan inició hace tres décadas, con Rafael Méndez Nuñez, quien fue el primer esferero conocido en la región, mismo que hizo un pequeño taller con algunos artesanos, iniciando así el negocio en Chignahuapan.
Si después de hacer un gran recorrido para comprar tus esferas navideñas te da hambre y buscas un lugar tranquilo y bonito para comer, la mejor opción es Rancho Doña Chuy, en donde encontrarás platillos mexicanos como tacos, huaraches, quesadillas y platillos de mariscos, además de deliciosas bebidas y una increíble vista a la laguna de Chignahuapan.
UNA ELABORACIÓN MINUCIOSA
Las esferas son elaboradas de una manera minuciosa en la cual se busca la perfección en cada una de las piezas, debido a que es un proceso 100 % manual.
En este proceso se combinan colores y diversos materiales para dar vida a superhéroes con imágenes tan tradicionales como muñecos de nieve, flores de nochebuena y osos polares, entre otros.
Todo comienza con la parte más complicada, donde los artesanos muestran su habilidad de manipular estas varillas de vidrio especial, también es usado para la cristalería de los laboratorios químicos.
Se caliente con la lumbre de un soplete el material hasta lograr que sea manipulable y se le pueda dar forma inflándolo con la boca hasta lograr el tamaño deseado.
“Este es el paso más importante, ya que se todos es donde empieza la verdadera aventura de crear nuestros propios diseños”, dijo Tirado.
Como segundo paso, las esferas transparentes pasan a la metalizadora que es el único proceso que se realiza con una máquina, ya que las piezas son bañadas con tungsteno y aluminio, lo que hace que tengan un terminado tipo espejo, que ayuda como base para ser pintadas y decoradas.
En la tercera fase del proceso se cuando se lleva a cabo el decorado de cada una de las piezas.
Berenice aseguró que es la parte más especial de todo el proceso, debido a que ellos tienen que plasmar los diferentes diseños para que sean del gusto de los clientes.
“Le damos vida a va esfera, le damos el brillo necesario para que los clientes hagan brillar sus hogares en esta temporada navideña, siempre esperando que nos presuman con sus conocidos”, apuntó la artesana.
Como último paso son llevadas al área de terminados, en donde colocan del casquillo para que puedan ser colgadas.
Por último, pasan al empaquetado donde quedan listas las piezas para pasar al punto de venta y ser exhibidas al público con el fin último de alegrar los hogares de miles de mexicanos, e incluso de otros países.